viernes, 11 de junio de 2010

Un día con mi nieta Sofía.-

 Marciano Durán


- Mañana te dejo a tu nieta por un rato -dijo muy suelta de lengua mi hija.
Y me lo dijo así, como si yo hubiera parido una nieta y me la vinieran a devolver.
No es que me moleste, más bien me muero por ella pero... ¿así?...¿cómo si yo hubiera abandonado a algún niño en una canasta?
Me la trajo tempranito envuelta en camperas, bufandas, guantes, gorras y todas esas cosas que les ponen las madres a nuestros nietos y que nosotros les poníamos a ellas y ahora nos damos cuenta de que era un disparate.
No hay como cambiar de lugar del mostrador para avivarse de algunas cosas.
- No me le des chicles que el dentista lo pago yo, ni Coca Cola, nada con colorante, fijate la fecha de vencimiento de lo que le das, que no se desabrigue que acá adentro está muy frío, si ves que transpira sacale el gorro, que no coma chupetines porque se ensucia y con esta
lluvia no se me seca la ropa con nada, si van a salir, tapale bien la boca, si se aburre, en la mochila trajo unos jueguitos para la playestation -dijo cerrando la puerta y continuó dando órdenes por el pasillo.
- Sí, mi amor, tengo un chicle de banana, y para después tengo un chupa chup de cocacola.
- Siéntese por acá que le voy a enseñar a jugar al ludo, ya tiene cuatro años y tendría que saber. Usted juega con las fichitas rojas, si saca seis..., no, mi amor, el dado no se tira así, ¿su mamá no le explicó que no gana el que lo tira más lejos?
Ya van tres veces que tengo que correr la heladera para sacar el dado.
¿No le gusta el ludo mi amor? ¡¡¿Ya se aburrió del ludo mi amor?!!
Bueno..., le voy a enseñar a jugar al robo montón... Si tiene una sota..., la sota es la señora de... ¿tampoco le gusta? Entonces de la escoba de quince ni hablamos ¿no?
Mijita..., yo a su edad jugaba con tres palillos de ropa y dos chapitas durante horas y horas y usted ya me cambió de juego tres veces en dos minutos.
¿Sabe una cosa? Nos vamos a las hamacas y al arenero ¿Cómo que su madre la reta si se ensucia con arena?
En la esquina nomás le saqué la bufanda, los guantes, el abrigo y todo lo que le había puesto la madre para que se moviera poco. ¡Ay Sofía! ¡Faltó que le pusieran un ombliguero nada más!
Pise..., pise ese charco..., déle, déle que nadie nos ve.
Sí, agarre ese palito y vaya pasándolo por la pared y por las rejas..., dele..., que yo lo hacía y no me morí...., patee esa lata..., pise solo las baldosas blancas..., gire alrededor de esa columna..., corte esa flor para llevarle a su madre..., no pise la sombra..., déle..., tírele una piedra a ese perro que se quiere comer al abuelo..., cuélguese de esa rama que está bajita...
¿Al shopping? ¡¡¿¿¿AL SHOPPING???!!! ¡Noooooo! ¡¡Nuncaaaaa!! ¡¡Yo a ese antro de perdición no entro aunque me lo pida mi nieta!!!
- Buenas tardes... ¿Ropería tienen...? Ah..., bueno.
Metí el mate y el termo en la matera porque no tenía claro si dejan tomar mate en el shopping.
Cargué con la ropa que le había sacado a Sofía y le agregué mi campera porque había 15 grados de diferencia entre la placita y ese lugar maldito.
Mi nieta empezó a moverse como si hubiera nacido allí.
Yo estudiaba cada paso que daba por temor a equivocarme.
Sofía llamó por el nombre de pila a la vendedora de pororó y me hizo comprarle una caja de las grandes.
Cuando yo estaba pagando enfiló corriendo para la escalera mecánica y a mí casi me da un ataque.
Corrí lo más rápido que pude cargando con la ropa, la matera, desparramando el pororó por el piso al grito de: ¡¡Sofíaaaa!!!! ¡¡¡¡Cuidadooooo, esa escalera te puede mataaaar!!!!!!
Detengan a esa niñaaa!!! ¡¡Paren la escalera!!!! ¡¡Se va a tragar a mi nieta!!!! ¡¡¡Alguien que pare la escaleraaaa!!!
Un guardia de seguridad me quiso llevar detenido mientras mi nieta me hacía adiós con su manita abierta subiendo lentamente hacia la zona de restaurantes.
Regresó solita por la otra escalera y le explicó al guardia que yo era su abuelo y que me había traído al shopping.
- “Es mi abuelo, nos vamos al cine Pablo”.
-¿De Walt Disney dan alguna? -pregunté a una chica igualita a la que me dijo que no había guardarropa.
Seguro que ya se lo habían preguntado muchas veces, porque se rió y me miró como diciéndome... “No, de Walt Disney hoy no damos”.
No habíamos dado ni tres pasos cuando tuve que comprar otra caja de pororó y dos vasos de Pepsi de los grandes.
Nunca pensé que podría ser tan largo el recorrido hasta la butaca.
Le pedí a mi nieta que se agarrara de mi campera porque me quedé sin manos para ella.
Un vaso llenito hasta el borde en cada mano, la caja de pororó llevada con los dientes, la matera colgada, los guantes, la bufanda, las camperas y la gorra sobre mis brazos a modo de un bebé.
Cuando vi el escalón a lo oscuro, mi instinto de abuelo no consiguió frenarse y grité:
- “¡Cuidadooo Sofía!”
Cualquier idiota sabe que cuando uno abre la boca para hablar se le cae lo que esté agarrando con los dientes.
Yo también lo sabía, pero mi cabeza piensa más lento que mi corazón.
De cualquier manera lo que más me molestó fue la risita de algunos padres piolas, la patada que me dio el tipo al que bañé con pororó y los insultos de la señora que limpia.
El resto, bien.
Necesité diez minutos más para acomodar en la oscuridad todo lo que había llevado al santo botón.
- Abuelo... -dijo casi en secreto mi nieta - ¿no quedó pop?
- ¿Pochoclo? –le pregunté.
- ¿Pocho qué?- dijo mi nieta y tuve que ir a buscar más.
Como no me animé a dejarla sola en lo oscuro y como vi a un par de nenes con cara de delincuentes sentados allí cerquita, resolví agarrar todas las cosas (incluyendo a Sofía) y repetir la operación otra vez.
Tomé un trago bien grande de ambos vasos para que no se me volcara y allá fuimos otra vez de excursión.
Nos perdimos el principio de la película.
-Esta ya la vi, abuelo -dijo mi nieta con absoluta seguridad.
- ¿Cómo que ya la vio?!! ¡Es Robot!! ¡Es un estreno!
- Ya la vi abuelo. ¡El papá de una compañerita del colegio las baja por Internet.
- Bueno, mi amor, no importa..., vamos a verla otro poquito que me gasté 250 pesos en las entradas.
- Ahora ese robot se va a desarmar..., ¿viste abuelo? Ahora agarra su cabeza con la mano. ¡Te lo dije! ¡Vamos a los jueguitos, abuelo, vamos a los jueguitos!
¡No, no y no! No es que me molesten las maquinitas, directamente las odio. No puedo ver como pasan horas y horas enfrente a las pantallas donde se cruzan autos o aparecen monstruos disparando.
- No mi amor, discúlpeme, pero eso es lo último que haría.
- ¿Me das 4 fichas, por favor? -le dije a una chica igualita a la que vendía Pepsi, pochoclo y entradas de cine.
El ruido me perforó los oídos..., en una máquina un tipo tiraba con una ametralladora hacia una pantalla y el que parecía su hijo se le colgaba de los pantalones llorando para que le dejara hacer un tirito.
En otra máquina un niño de 8 o 9 años trataba de embocar una pelota de básquetbol en un aro, le pregunté por que no iba a la placita y me dijo algo de mi mamá.
Dos niños que parecían sus hermanitos lo aguardaban en unos changuitos. Les pregunté por la madre y me dijeron que estaba al lado, en las maquinitas para grandes.
Contra el pool, cuatro niños de 10 o 12 años pasaban tiza a los tacos y solo faltaba el humo de los puchos subiendo hacia la luz tenue que se balanceaba sobre el paño azul.
No pude encontrar ningún juego para mi nieta, así que dejé más de 200 pesos en fichas tratando de agarrar con una pinza unos ositos de peluche que no salían más de 30 pesos.
No es lo mío..., no consigo coordinar en ese juego, cuando quiero abrir la pinza, suelto la campera. Cuando quiero largar la pinza tiro la matera.
Sofía por suerte sacó un caballito azul y me lo regaló.
- Dale abuelo -me dijo - llevame a comer algo, tengo hambre.
- Bien..., seguro que a la vuelta encontramos un frankfrutero.
- No, abuelo, llevame a Mac Donald’s.
- ¡Nooooooo! ¡No, no, no y no! Nunca entraré a ese lugar en que muelen desperdicios y los transforman en comida, cortan pedacitos de plástico y los ponen en bolsitas de papas fritas ¡Noooo! ¡Ni siquiera por vos, Sofía!
- Un happy meal, sin ketchup, sin queso y una coca -le dije a una chica igualita de la del cine, las maquinitas y el pororó...
- No -me contestó- a Sofía le gusta con queso. ¿Y para usted?
- Ehhh..., un chorizo con picantina, hongos y criolla.
Algo que no entendí pasó en ese momento, porque se rió igual que la de Walt Disney y me dio solo el pedido de Sofía.
Mi pequeña “nieta zapping” no había terminado de comer cuando se metió en el pelotero y en unos tubos enormes junto a una manga de foraj... de niños que disfrutaban del sábado.
Cargado de mi equipaje, más los jueguitos que traía la cajita y el caballito azul me asomaba de a ratos a unas ventanitas de vidrio en las alturas para ver si todavía respiraba.
Dos veces me tuve que meter en los tubos (sin largar la ropa) porque Sofita no se animaba a tirarse.
- ¿Qué le parece si nos vamos? El abuelo está cansado, con frío y transpirando.
- ¿Al baño? ¿No aguanta hasta llegar?
Yo temía este momento, sabía que me podía pasar.
- Sofiita, escúcheme un poquito, mi amor, yo no puedo entrar al baño de las niñas, aguántese hasta llegar.
-No, abuelo -me dijo- no aguanto más.
-Bien..., ¿qué va a hacer en el baño? -pregunté y me preparé para la peor respuesta.
- Caca, abuelito.
Volvimos al shopping y cuando nadie me vio me metí en el baño de las mujeres y me escondí atrás de una puerta esperando que mi nieta me avisara.
- Ya está abuelo, limpiáme -gritó mi nieta.
-Voy Sofiita -le dije y me topé con una vieja que salía subiéndose la bombacha desde una de las puertas.
Lo que siguió fue muy triste, me golpeó fuerte con un paraguas al grito de de-ge-ne-ra-do.
Así, una sílaba, un golpe de paraguas: ¡De-ge-ne-ra-do!!
Y me pegó hasta que llegó el guardia que por radio pidió ayuda a sus compañeros.
Ayuda precisaba yo.
Mi nieta se la tuvo que arreglar sola una vez más y mientras se acomodaba el pantalón les dijo:
- Es mi abuelo otra vez Pablo..., ya me lo llevo.

miércoles, 9 de junio de 2010

El princio del fin del país - 11/06/2010

Este viernes 11 después del mediodía se paraliza el país, las oficinas no atenderán, muchas empresas han dado el día de asueto, no se te ocurra ir a hacer un trámite o a comprar algo y demorar más de 5 minutos, porque puedes ser motivo de una mala atención o una puteada, en los hospitales, los trabajadores dejarán guardias gremiales, la policia estará en las comisarías o estaran sordos por los auriculeres, en algunas fabricas y empresas pondrán cañones y televisores para que sus empleados no tengan que dejar su lugar de trabajo.

Este viernes 11 se muere el país, porque empieza el p... mundial de fútbol. Realmente el fútbol me importa un pepino, pero me gustan otros deportes, ahora bien si hay un campeonato de es te deporte que me gusta, ¿puedo irme antes de hora o faltar ese día? ¿puedo pedir que me permitan ver el deporte de mi interes en el televisor de la empresa? no creo.

Puede sonar mal y que me traten de traidor a la patria, pero espero que pierdan pronto para que no jodan más con el mundial.

domingo, 6 de junio de 2010

El mundial de fútbol

Este viernes empieza el mundial de fútbol, y para mi un mes de ver como se paraliza el país por un juego, que de hace más de veinte años comprendí que los jugadores no juegan como antes por la camiseta, ahora son profesionales que están buscando un pase o en el peor de los casos hacerce famosos jugando en algún equipo que les pueda pagar un buen pasar.

Ojo!! No creo que los jugadores tengan que ser pobres e ir al club en ómnibus, como los hacen muchos jugadores del medio local , pero muchos cobran sueldos que son "pornográficos" -por decirlo de alguna manera-, y después van a jugar por su país por tres pesos con cincuenta.

Vamos!!! estos jugadores no van a poner en riesgo millones de dólares que tienen por delante, rompiendose una pierna o los ligamentos por jugar un mundial que sabe no les va a redituar ni lo que ganan estando en el banco de cualqueir club de Europa.

Por esa razón no entiendo a los hinchas que se mueren si no ven un partido, cambian sus horarios de trabajo o pierden el día por ver a la "selección de fútbol". ¿Qué pasaría si a me gustara el badminton o el ping-pong, me darían la posibilidad de faltar a l trabajo o cambiar mis horarios o cancelar una reunión porque a esa hora juega mi equipo favorito?.

Creo que de la misma manera que apoyamos a la "selección de futbol" (si, aclaro que de futbol, ya que no es único deporte que se practica), debemos apoyar otros deportes menos populares, en los que los deportistas dejan todo en la cancha y en los gimnasios y muchas veces pagan sus viajes a campeonatos y son bancandos por sus familias y amigos y si ganan salen en las noticias al final de la sección de "deportes" (Bah!!) de algún noticiero después del fútbol, por supuesto con una leyenda que dice: Uruguay gana medalla de oro en el campeonado mundial de ... . Tendría que aparecer una leyenda algo así: Juan Pérez patrocinado por la familia Pérez y amigos gana el campeonato mundial de ...

Veo en forma lamentable que quienes realmente pueden pagarse todo para representar al país, viajen de arriba y con todas las comodidades.

Quizás sea hora de apoyar al deporte en general y no a uno o dos en particular, de esa forma obtengamos una mayor democratización del deporte nacional.

viernes, 4 de junio de 2010

Agarrate Catalina

El jueves 27 de mayo fui con Andrea a ver la actuación de Agarrate Catalina Al Cine Teatro Plaza. El espectáculo comenzaba a las 20:00 y a las 18:30 cuando llegué ya había más de media cuadra de cola que se convirtió en más de una cuadra en cuestión de 10 minutos.
Realmente valió la pena la espera y el tener que verlo desde tertulia alta.
El espectáculo "Civilización" –con el que obtuviera el 4to. premio en el carnaval de Uruguay y con el que obtuvo Disco Doble platino y no cuantos premios más– fue por demás impecable. Con algunos textos actualizados y el agregado de dos de las mejores retiradas de espectaculos anteriores como son "Niños del Fin del Mundo" y "El viaje" el espectulo deslumbró a los seguidores incondicionales y emocionó a más de uno. Hablando de emociones, fue muy emotivo la entrega de los premios por parte de algunos de los integrantes de la selección de Fútbol, entre los que estaba el Loco Abreu y Lugano, también tengo que mencionar las locuras del Rafa Cotelo, la canción que hicieron junto a El Sabalero y un capítulo aparte se merece las intervenciones del Zurdo Besio.
Cuando el Zurdo cantó "La niebla" se me puso la piel de gallina y no por Zurdo, sino por su forma de cantar y por que la canción me recuerda mucho a mi abuela en sus últimos días.
REALMENTE IMPRESIONANTE, aunque me quedé con las ganas de que Yamandú me firmara el libro.

Cat Stevens

Ayer vi un video de Cat Stevens, Father and Son y me di cuenta que las mismas cosas que yo le decia a mi padre y mi padre me decía a mi, mis hijos me las dicen a mi y yo le digo a mis hijos. Por más que pasen los años las cosas siguen siendo iguales.

Para los padres que machacan a sus hijos con hace esto o no hagas lo otro, sigan machacando es la única manera de hacerlos hombres y mujeres de bien, porque no importa si no estudian o se toman un par de años sabáticos en su adolescencia, lo importante es que entiendan las cosas que están bien y las que están mal. Eso los hará crecer en espíritu y valores.

Para los hijos, no dejen que les digan que hacer, solo tomen las decisiones y si se equivocan, aprendan de los errores, es la única forma de crecer. Y sobretodo tengan en cuanta que siempre van a tener a sus padres para cuando las cosas se vean mal, ellos puedan abrir la oscuridad y darles un hilo de luz que pueda iluminar un camino.